Una embarcación humanitaria con bandera española rescató en los últimos días a 265 migrantes en las aguas del Mediterráneo.
La organización benéfica Open Arms tuiteó este domingo que su barco había subido ayer a bordo de manera segura a 96 desplazados más que habían estado a la deriva en aguas internacionales en un bote de madera sin chalecos salvavidas.
De acuerdo con la organización, los migrantes -la mayoría de ellos de Eritrea- sufren de hipotermia. Entre los rescatados, los activistas reportaron a 17 menores de edad y 2 mujeres.
En una operación separada dos días antes del referido rescate, Open Arms subió a bordo a otros 169 migrantes que habían partido de las costas libias, centro de operaciones de una gran cantidad de traficantes de personas.
Dichos traficantes suelen fletar a migrantes en embarcaciones, muchas de las cuales a menudo son endebles botes de goma o esquifes pequeños y destartalados. Muchos de los desplazados generalmente huyen de los conflictos armados y de persecuciones.
Asimismo, muchos de ellos salen de sus países de origen a causa de la pobreza, razón por la cual un gran número de naciones de la Unión Europea les cierran las puertas de forma frecuente.
Italia y Malta a menudo se han negado a permitir el atraque de los botes de rescate humanitarios, bajo el argumento de que la mayoría de los migrantes buscan llegar al norte del viejo continente. Debido a esto, autoridades gubernamentales italianas y maltesas han insistido en que otras naciones europeas hagan su parte.