Cascadas que maravillan la pupila, bosques espesos, presas y cañones son sólo pequeñas muestras de todo lo que ofrece el Pueblo Mágico de Santiago, ubicado a pocos kilómetros del centro de Monterrey, Nuevo León.
Y es que este lugar resulta ideal tanto para turistas convencionales como para aquellos amantes de la aventura y el ecoturismo.
Entre sus calles bordeadas por viejas casonas, chicos y grandes pueden disfrutar de un tranquilo paseo admirando la arquitectura del lugar y las artesanías locales; lo anterior mientras degustan una propuesta gastronómica inolvidable.
Como consejo, el mejor punto para empezar el descubrimiento de este Pueblo Mágico es la parroquia de Santiago Apóstol, una hermosa construcción de estilo barroco que data del siglo XIX. Justo detrás de ella se encuentra un área elevada que funciona como mirador, en la que los visitantes tendrán la oportunidad de contemplar la cautivante propuesta visual de Santiago.
Pero si lo tuyo son las emociones extremas, en los alrededores de esta villa colonial existen una serie de atractivos.
Uno de ellos es la cascada Cola de Caballo, localizada dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey. Su salto de agua de 27 metros de altura representa uno de los espectáculos naturales más cautivantes, esto gracias a las escalinatas que permiten admirarla en todo su esplendor.
De igual manera, el mismo parque brinda la oportunidad de practicar cañonismo a través de intrincados caminos. En ellos da igual deslizarse por saltos de agua que descender en rapel, caminar por arroyos o introducirse en cuevas.
Por su parte, en la presa La Boca es posible realizar recorridos en barco y ¿por qué no? pasear con motos acuáticas y hacer esquí.