Las leches vegetales -o bebidas vegetales- son una gran alternativa para quienes, por cualquier razón, evitan el consumo de la leche animal y no quieren sacrificar el sabor cremoso de un café latte. Son útiles en muchas recetas y preparados, e incluso pueden sustituir la fórmula láctea en infantes según instrucciones estrictas de los pediatras.
Aunque a algunos no les guste, las leches vegetales tienen muchos adeptos, quienes sufren de intolerancias y alergias, quienes llevan un estilo de vida vegano, y quienes simplemente piensan que la leche de vaca no es lo suficientemente buena.
De hecho, el doctor Roberto Arreaza, médico pediatra, es de los que piensa que, además de una dieta balanceada rica en frutas y vegetales frescos, eliminar la leche de vaca, junto a los productos enlatados, procesados, y con aditivos, contribuye poderosamente a fortalecer nuestro sistema inmune.
Sin embargo, opina que no todas las bebidas vegetales son recomendables porque no siempre tienen calidad óptima y en su fabricación se incluyen aditivos que son dañinos para la salud, de manera que su recomendación es hacerlas en casa.
Siendo realistas, no todo el mundo tiene el tiempo ni los insumos ni los implementos para prepararla, de manera que, si quieren sustituir por cualquier razón los lácteos en su dieta, recurrirán a las opciones comerciales. Si es el caso, vale la pena profundizar en qué tienen de bueno y que no lo es tanto.
La médico Rossana De Jongh Delgado, especialista en nutrición clínica, sobrepeso y obesidad, comenta que es necesario comprender que estas bebidas son muy diferentes a los lácteos y su elección dependerá del contexto nutricional de cada quien.
“Los lácteos son fuente de calcio, proteína, contienen lactosa y grasas de predominio saturado; mientras que las bebidas vegetales no aportan tanta proteína. De hecho, en la de soya es el aporte más elevado, pero en el resto es bastante bajo.
“Esto es algo en lo que deben poner atención quienes quieren ganar masa muscular. Por otra parte, son pobres en calcio de forma natural, pero suelen ser enriquecidas. Un gran punto a favor es que son libres de lactosa y algunas de ellas tienen menos calorías, pero otras son casi iguales que la leche”, explica.
En primer lugar, si buscamos en las leches de este tipo una manera sana de consumir los vegetales, es importante destacar que la mejor manera de consumirlos en su versión natural.
Christopher Gardner, científico de la nutrición y profesor en el Centro de Investigación de la Prevención de Stanford, citado en un reportaje del The New York Times confirma la importancia del consumo de alimentos enteros, y no de sus versiones procesadas. Es decir, que es mucho más beneficioso comer soya, avena y almendras que beber sus emulsiones dado que cuando se hacen, se eliminan algunos de los nutrientes.
En la misma nota se destaca la especial atención que debemos poner en la lectura de etiquetas, pues las versiones con sabores añadidos, como “vainilla” o “avellana” suelen contener una cantidad de azúcar añadido que podría compararse con un postre, sin contar otras sustancias que también pueden resultar dañinas.