El consumo excesivo de sal, aunado a factores como la edad, ingesta de grasas y falta de actividad física, incrementan el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, accidente cerebro vascular, falla renal y obesidad.
La coordinadora de Nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) IMSS Estado de México Oriente, Lourdes Edith Medina Arévalo, agregó que las dietas actuales, en las que por distintos motivos se recurre al alimento procesado y de fácil preparación o precocidos, contienen cantidades excesivas de sal.
Entre los productos con más sal se encuentran los embutidos o carnes frías (26.2 por ciento); pan, pastas instantáneas y frituras (19 por ciento); queso (6.7 por ciento) y platillos preparados (4.9 por ciento).
Se recomienda a la población que para evitar el consumo excesivo de sal retire los saleros de la mesa para poco a poco aprender a sentir los sabores sin esa pizca extra de sal. En este sentido, se pidió sustituir la sal por hierbas aromáticas y especias; “lo deseable es reducir la ingesta a sólo dos gramos diarios, lo que equivale a la pérdida de sodio por transpiración, orina y heces”.
La especialista mencionó que estudios demuestran que quienes usan más sal en sus comidas o ingieren productos ricos en sodio (industrializados), consumen más cantidades de alimento, lo que está relacionado con el sobrepeso y la obesidad.
Insistió en sustituir la sal refinada por sal de mesa y consumir sólo dos gramos diarios en promedio, de preferencia, combinarla con hierbas de olor y especias que realzan el sabor, y consumir al menos dos litros de agua simple (no mineralizada) y realizar 30 minutos de ejercicio al día, que ayudarán a la pérdida normal de sal a través de la transpiración.