En estos tiempos, donde el sistema inmunológico debe ser más fuerte que nunca y los resfriados están a la orden del día, no hay nada como relajarse con una infusión aromática que además de reconfortar pueda ayudar con algunos malestares corporales: el poleo.
Oriunda del Mediterráneo, esta planta -pariente de la menta- llegó a Mesoamérica con la Conquista y encontró su mejor lugar en el sur, específicamente en Guerrero y Oaxaca. Nos huele a hierba fresca pero también tiene notas dulces; su mejor temporada es de septiembre a enero.
No solo es excelente para refrescar y combatir la constipación de los resfriados causados por el cambio de clima, el poleo incluso es aquello que se utiliza en los Valles Centrales para curar la resaca después de una noche de mezcales y fiesta.
Se recolecta terminando la temporada de lluvias, cuando la planta llega a su tamaño ideal y está lista para florear. Desde ese momento el aroma relaja y pone los nervios en su lugar; además, es una hierba medicinal muy socorrida que a la vez está presente en las fiestas de las comunidades que la cultivan.
Es un ingrediente de matices: se toma con chocolate o sola; en infusión fría o caliente; con ella bailan los novios el día de su boda pero acompaña a las enfermedades que angustian el corazón.
A partir de finales de agosto, los mercados oaxaqueños se llenan de un aroma muy especial que nos dirige directamente a los puestos de los hierberos. Ahí se ofrece un mundo de posibilidades para la salud y una de ellas es hacerse de un manojito de poleo.
Igual que sus parientes, la menta y la hierbabuena, prepararla en infusión ayuda al resfriado con su poder expectorante pero reducirla solo a eso sería injusto.
Si sufres de ansiedad o tienes los nervios de punta, estás de suerte si encuentras poleo. No sólo es relajante sino que su frescura te hará respirar mejor.
Es un estabilizante estomacal, por lo que los problemas de la digestión ya no serán un tema grave en tu vida. Es dócil con el intestino y además es bueno para tomarlo contra las agruras.
De igual manera es un buen desparasitante y esto no sólo se reduce a las infusiones: los pueblos tradicionales oaxaqueños lo aprovechan para preparar tópicos y pomadas que evitan infecciones en las heridas.