Como ya es tradición, la maison Louis Vuitton nos dio cita este martes por la noche en el Museo del Louvre para cerrar la semana de la moda de París con la presentación de la nueva colección de prêt-à-porter femenino primavera/verano 2022 por Nicolas Ghesquière , quien puso de lado sus usuales instalaciones vanguardistas y modernas, por un ambiente clásico y sofisticado.
Desde el momento en que entramos al Pasaje Richelieu, ubicado a un costado de la icónica pirámide de cristal, y decorado con una lluvia de candelabros de cristal antiguos y sillas de terciopelo rojo que crearon una atmósfera de gala; supimos que esta no sería la colección avant-garde que esperaríamos del creativo, sino una propuesta diferente inspirada en el “gran baile del tiempo”.
Para Ghesquière al mando creativo de Vuitton, la noción del tiempo es una materia prima fundamental que corta y cose para crear una especie de patchwork retrofuturista en el que conviven eclécticas referencias. Para celebrar el 200 cumpleaños de monsieur Louis Vuitton, el diseñador se inspiró en la moda de mediados del siglo XIX de la emperatriz Eugenia.
Como fabricante exclusivo de equipaje de la emperatriz, el señor Vuitton tenía citas con Eugenia en este pasaje en el que más de un siglo y medio después vuelven a desfilar reinterpretaciones de siluetas de la época victoriana que le habrían resultado familiares, como vestidos con caderas anchas estructuradas llevados con tops lenceros, chamarras ceñidas y sacos cortos sugiriendo corsés.
A medio camino entre el misterio de El fantasma de la ópera y la extravagancia de Drácula , Nicolas Ghesquière fusionó códigos del pasado como capas y volantes, con elementos actuales como combat boots abiertas y lentes antifaz. Justo a la mitad del desfile, se infiltró sobre la pasarela una militante del movimiento climático Extinction Rebellion desplegando un cartel que leía “Sobreconsumo = Extinción”, sin embargo, el espectáculo continuó y terminó con una gran ovación al diseñador.