Ziad Nakad nació para vestir a hermosas mujeres, siempre atraído por ricos materiales, hermosos brocados y un amor por los bordados tradicionales en sus creaciones, que han lucido famosas como Naomi Campbell.
Viene de Líbano, donde es uno de los grandes diseñadores. Y, desde muy joven, empezó a trabajar con prestigiosos modistos en Beirut, hasta que, en 1997, fue invitado a participar en el festival Beirut International Fashion Show for Couture, donde vistió a top models y alcanzó gran éxito entre los críticos especializados.
Inquieto y con ganas de trascender, más tarde logró presentar su colección en Milán en 2001 y en Cannes en 2002, por la cual obtuvo muchos comentarios favorables derivados de las cualidades femeninas y sofisticadas de sus propuestas.
"Siempre me he preocupado por lograr cortes dramáticos y por prestar una gran atención al detalle, para que la mujer que luzca mis diseños se sienta como una verdadera princesa", comenta este creador, quien, junto con Elie Saab y Reem Acra, ha dejado bien parado a Líbano alrededor del mundo.
La mujer que luce un vestido de este diseñador tiene la seguridad de que ostenta algo único, con materiales de primera y muchas horas de trabajo detrás de expertas costureras que siguen los lineamientos de la vestimenta tradicional del Medio Oriente.
Juegos arquitectónicos con sedas, brocados, rasos y shantungs que se transparentan, pero nunca son obvios, así como intrincados adornos como chaquiras que caen como cascadas, mangas abultadas y caudas apegadas al movimiento sutil del cuerpo, forman parte de su nueva colección de primavera titulada Birds of Love.
Puños y cuellos adornados con tules y organzas, al igual que moños y delicados motivos florales, se unen para lograr estilos dignos de un cuento de "Las Mil y Una Noches".
Las aberturas ocurren en los puntos más sugestivos, como en el muslo, y forman parte de esta propuesta que también enmarca la cintura y usa grandes faldas de tul para resaltar la feminidad. Un recurso muy utilizado en las grandes 'red carpets' del planeta. Los colores van del azul cielo al durazno, y por supuesto, los tonos metálicos, uno de los grandes temas de Ziad.