México es uno de los países con mayor cantidad de maíces nativos además de uno de los principales productores de este cereal, por ello, no es de extrañarse que sea uno de los alimentos más consumidos.
El maíz no soló está presente en forma de platillo, se utiliza también para preparaciones como atoles, tejate, tascalate y otras bebidas tradicionales mexicanas.
Éste es el caso del tejuino, un líquido que se elabora a partir del maíz, pasando por un proceso de fermentación y que se consume como bebida refrescante en varias zonas del país.
El origen del tejuino data de épocas precolombinas y su nombre proviene de la voz náhuatl “tecuin” que se traduce como “palpitar del corazón”.
Uno de los propósitos con el que se bebía el tejuino, era proveer refresco y nutrimento a los trabajadores del campo, quienes pasaban gran parte del día labrando la tierra bajo el sol y condiciones calurosas.
Poco a poco, el tejuino se hizo parte del gusto y la dieta cotidiana, de ahí surgió una variedad llamada “tesgüino” la cual se fermenta por mayor tiempo con el objetivo de obtener alcohol suficiente para considerarse una bebida embriagante.
En la actualidad el tejuino se produce y consume principalmente en los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán, aunque es posible encontrarlo fuera de esas zonas en menor cantidad.
El proceso de elaboración del tejuino consiste en permitir la germinación del grano de maíz para posteriormente cocerlo, molerlo y fermentarlo.
Durante la fermentación se desarrollan los sabores ácidos, sin embargo antes de ser vendido se endulza lo suficiente con piloncillo, que también le da a la bebida su color característico.
En el estado de Colima, la preparación varía un poco, pues puede hacerse con granos secos sin germinar, que de igual forma se remojan, cocinan y muelen para obtener la masa base del tejuino.
Además de la elaboración, la venta también es parte de la cultura. El tejuino no siempre se encuentra dentro de un local, sino que es ofrecido por los comerciantes en las calles, a bordo de carretas o puestos con ruedas que transportan barriles, ollas o hieleras repletas del refresco de maíz.
Este elixir se sirve en grandes vasos y se combina con hielo, limón y sal al gusto del cliente, hay quienes optan por agregar un poco de chile en polvo y otros por pedir su tejuino con una o dos bolas de nieve de limón.
En cualquiera de sus presentaciones, se trata de una bebida de gran popularidad en las regiones donde se prepara, ya sea por locales o visitantes, la carreta del tejuino es una parada obligada en los días de calor.