Te invitamos a dar el paseo más delicioso que te puedas imaginar para conocer diez de los dulces mexicanos más apreciados y apetecidos, ideales para toda ocasión, ya sea como aperitivos, o como el más excelso postre.
1. Palanquetas
Las palanquetas son muy fáciles de preparar. Se hace un caramelo espeso a base de azúcar, piloncillo o miel de abeja; se le agregan cacahuates y luego la mezcla se coloca sobre papel con una película de mantequilla o grasa vegetal. Una vez que haya reposado y endurecido, se cortan las palanquetas del tamaño deseado. También pueden prepararse con semillas de calabaza. Las palanquetas son barras energéticas con todo el sabor tradicional mexicano.
2. Glorias
Este dulce leonés hecho a base de leche quemada fue inventado por doña Natalia Medina Núñez en la década de 1930, en la localidad de Linares, sin embargo, el origen de su nombre sigue siendo todo un misterio. Una versión señala que surgió de la expresión “sabe a gloria”, y otra que Gloria era el nombre de una nieta de la señora Medina. De cualquier forma, son exquisitas y nunca faltan en los mercados y dulcerías mexicanas. Aunque pueden hacerse con leche de vaca, la receta original implica la leche de cabra.
3. Ate
Este dulce michoacano fue introducido a México por los frailes franciscanos durante la Colonia. Se prepara con la pulpa de un fruto cocido, como membrillo, guayaba, o pera, la cual se vuelve a cocinar directamente con azúcar y agua en una cacerola de cobre. Cuando la mezcla empieza a desprender su delicioso aroma y alcanza la textura deseada, ya está lista para licuar y colocar en moldes. El ate de Morelia posee denominación de origen de la capital michoacana. También se elabora con mango, calabaza, zapote, manzana, tejocote y otras frutas.
4. Cocada
Es el dulce más popular en las costas de México y el Caribe, donde crecen los cocoteros en abundancia. Para su preparación se extrae la nuez del coco, dura pero todavía fresca, se le retira la película marrón con un pelador y se ralla. Luego, se prepara un caramelo con agua y azúcar, y cuando alcanza el punto de hebra se le agrega el coco rallado y se deja hervir por unos minutos. Después se añade leche lentamente mientras se mezcla, y yemas de huevo disueltas en un poco de leche fría. Se deja al fuego durante algunos minutos más. Se vierte la mezcla en un platón y se cortan las porciones al tamaño deseado.
5. Alegrías
El amaranto, una planta de semillas comestibles, se cultiva abundantemente en México desde la época prehispánica, cuando ya era alimento y elemento ceremonial. El amaranto es la base de las deliciosas alegrías. Se prepara un caramelo con azúcar, miel y agua, y cuando alcanza el punto de hebra, se añaden a la cacerola las semillas tostadas del amaranto. La mezcla es colocada en moldes redondos y se prensan con círculos de madera. Cuando se endurecen, se extraen y se dejan reposar. En su centro se pone un poco de miel y algunas nueces.
6. Frutas cristalizadas
Son elaboradas en todo México y constituyen la especialidad de Santa Cruz Acalpixca, pueblo cercano a Xochimilco. La fruta entera o troceada se remoja, por lo menos, durante un día en agua con cal viva y luego se le da un primer hervido. Se vuelve a hervir en un almíbar de azúcar o piloncillo y se deja secar al aire libre para que endurezca. Se comen directamente y también se utilizan como componente de otros postres. Se hacen de muchas frutas y de algunas verduras, como higos, manzanas, nopales, camotes y calabazas.
7. Borrachitos
Su nombre proviene del agradable toque de licor que poseen y constituyen una marca registrada de propiedad intelectual en México. Son dulces envinados hechos de harina, fruta y leche, muy cremosos interiormente y espolvoreados con azúcar. Inicialmente, fueron elaborados en México por las religiosas de Santa Rosa y Santa Clara, y servían como obsequios para agradecer a las personas que prestaban su ayuda a los conventos. Entre las frutas más utilizadas para su elaboración se encuentran la piña, el limón y la fresa.
8. Dulce de tamarindo
El tamarindo es una fruta tropical con pulpa sumamente ácida, la cual es endulzada al gusto. Por supuesto que también existen sus versiones picantes con chile en polvo y otros ingredientes. Se venden con forma de pequeñas esferas, en bolsitas, cazuelitas, vasitos y otras presentaciones.
9. Jamoncillo
Este rico dulce de leche con semillas es originario de Axochiapan, Morelos, aunque se ha popularizado en casi todo México. Usualmente se utilizan semillas de calabaza, piñones o nueces. Para una preparación que parta de un litro de leche, esta se calienta en una cacerola de cobre hasta hervir; se le añaden 2,5 tazas de azúcar y se cocina a fuego lento hasta que se vea el fondo de la cacerola. Se bate vigorosamente y, si se desea, se le añade algún colorante. Se coloca la mezcla en moldes con la forma deseada, se ponen las semillas y se compacta con las manos.
10. Dulce de camote
El camote, tubérculo de sabor ligeramente dulce, forma parte de la gastronomía mexicana desde hace ocho milenios. Se cree que el dulce de camote es originario del territorio que conforma al actual estado de Puebla. Se lavan los camotes y se le quita la cáscara, aunque mucha gente prefiere dejárselas; se trocean al gusto y se ponen a cocinar a fuego lento con agua, jugo de naranja, piloncillo rallado, cáscara de limón y una raja de canela. Cuando se ablandan y se secan lo suficiente manteniendo su almíbar, ya están listos.
Bono. Cajeta de Celaya
La cajeta es una de las celayenses más conocidas. Es un dulce elaborado a base de leche de cabra y azúcar morena o piloncillo, que recibió su nombre gracias a las cajas de madera en las que se guardaba, y para diferenciarlo del dulce de leche de vaca tradicional. Se ha hecho tan conocido que las versiones industriales llevan una porción de leche de vaca, que es más barata. Si quieres una cajeta auténtica, busca una de elaboración artesanal, preferentemente de Celaya.