¿Ha decidido hacer ejercicio y mantenerse más saludable en el año nuevo? Los expertos en salud y medicina dicen que quizá quiera practicar yoga.
De hecho, una encuesta efectuada por Harris en el 2008 entre 5.000 estadounidenses encontró que un 6.1% —lo que representa casi 14 millones de adultos— dicen que sus médicos o terapeutas les recomendaron practicar yoga.
El yoga es una antigua práctica curativa que se ha hecho cada vez más popular en nuestro moderno y estresante mundo como manera poderosa de estirar y fortalecer el cuerpo, relajar y calmar la mente, aumentar la energía y levantar el espíritu.
Los médicos con frecuencia recomiendan yoga a los adultos mayores de 50 años porque puede ayudar a bajar la presión arterial, aliviar el dolor y mejorar el equilibrio. Pero las personas permanecen con la antigua práctica porque les mejora el ánimo, disminuye el estrés y, en pocas palabras, se sienten más felices.
Lamentablemente, muchos instructores de yoga no están capacitados para adaptar las técnicas a los cuerpos de los adultos mayores. Y como resultado del creciente interés de los estadounidenses en el yoga, han aumentado las clases que afirman ser de yoga pero que en realidad son sólo clases de ejercicio con "sabor" a yoga, dirigidas por instructores con escasa preparación, adquirida en talleres de fin de semana.
A no ser que el maestro de yoga instituya una clase segura diseñada para los adultos mayores, esta práctica que pretende curar puede causar daño. Para poder disfrutar los muchos beneficios del yoga, es importante observar los siguientes siete puntos esenciales sobre el yoga:
1. El yoga puede ser buena medicina. A los nuevos alumnos de mi clase de yoga, normalmente les pregunto qué es lo que buscan en la práctica. "La flexibilidad" y "la reducción del estrés" son las respuestas más comunes, puesto que la mayoría de las personas asocia el yoga con ejercicios de estiramiento y relajación. Pero eso ha cambiado recientemente; las cada vez más numerosas pruebas científicas sugieren que el yoga ofrece muchos otros beneficios para la salud, incluso puede bajar la presión arterial alta, aliviar el dolor de espalda y mejorar el sueño. Ahora cuando les pregunto a los nuevos alumnos por qué quieren practicar yoga, una mayor cantidad de ellos me dicen que es justo lo que les recetó el médico. Las personas mayores de 50 años, que representan la mezcla más diversa de habilidades de cualquier grupo de edades, son la fuerza principal detrás de esta tendencia de yoga como medicina.
2. El yoga no es sólo para los que se mantienen en forma y son flexibles. Decir que no es lo suficientemente flexible para practicar yoga es como decir que su casa está demasiado desordenada para contratar a una empleada doméstica. La idea de que se debe retorcer en forma de ocho para practicar yoga es uno de los muchos conceptos erróneos comunes. Les he enseñado yoga a personas con una gran variedad de enfermedades, incluso con insuficiencia cardíaca, osteoporosis, artritis, fibromialgia y dolor de espalda. El único requisito para practicar yoga es poder respirar.
3. No tiene que pararse de cabeza. Aunque algunas personas mayores de 50 años se mantienen extremadamente saludables y pueden pararse de cabeza y adoptar otras posturas de yoga que exigen mucho esfuerzo, son más normales y corrientes los adultos mayores que encajan en el perfil del estadounidense mayor "medio" —de los cuales el 80% padece por lo menos de una enfermedad crónica y el 50% padece por lo menos de dos—. Muchos también se enfrentan a otros desafíos de la salud, tales como las prótesis valvulares cardíacas o articulares. Por eso es imprescindible que las personas mayores que comienzan a practicar yoga encuentren una clase dirigida por un instructor con experiencia y una elevada cualificación.
4. Hay muchos estilos de yoga —desde el "intenso" hasta el suave—. Por ejemplo, el ashtanga yoga es muy atlético, mientras que el kripalu yoga tiende a ser más suave y el viniyoga se practica por lo general en un entorno terapéutico personalizado. Si asiste a una clase que le exige más de lo que le permite su estado físico, puede correr el riesgo de sufrir un daño. Asegúrese de inscribirse en una clase adecuada para usted, e informarle al maestro acerca de cualquier preocupación que tenga sobre su salud o los desafíos que enfrenta. Los adultos mayores, especialmente los que no se han mantenido activos, deben buscar una clase que se llama Yoga Suave o una dirigida específicamente a las personas mayores.
5. El yoga nunca debe causar dolor. El enfoque del yoga es muy distinto al enfoque occidental del ejercicio, con su mentalidad de "quemar calorías". Los textos antiguos sobre yoga dicen que una postura debe ser "fija y cómoda" o, según la traducción, "relajada y estable" o "suave y calmada". Si se esfuerza para adoptar una postura idónea para la portada de una revista, está haciendo ejercicios de gimnasia o calistenia, pero no de yoga. El yoga le invita a hacer los movimientos de cada postura sólo hasta sentir una sensación agradable de estiramiento, y luego intensificar y desarrollar la postura con su respiración. Si le duele, ¡desista!
6. El yoga no es sólo un programa de entrenamiento. El yoga es una forma poderosa de la medicina mente-cuerpo que de manera holística se enfoca en la salud, y reconoce que las enfermedades físicas también tienen componentes emocionales y espirituales. Las herramientas de yoga son las posturas, los métodos de respiración y la meditación, que juntos trabajan para balancear e integrar la mente, el cuerpo y el espíritu.
7. Pida ayuda para comenzar sin problemas. Consulte a su médico para que le dé recomendaciones especiales —particularmente si tiene una enfermedad cardíaca o cualquier enfermedad crónica, o si se ha operado o está tomando medicinas—. Explíquele a su médico que planea practicar yoga y pídale que lo oriente, especialmente acerca de cualquier posición o movimiento específico que debe evitar. Por ejemplo las personas con osteoporosis por lo general deben evitar ciertos movimientos que puedan ocasionar fracturas —incluso inclinarse hacia adelante desde la cintura o retorcer la columna vertebral hasta forzar el límite— movimientos comúnmente realizados en ciertas posturas que se enseñan en muchas clases de yoga. Los maestros de yoga responsables le preguntarán acerca de su salud y, en algunos casos, pueden pedir su permiso para trabajar con su médico para personalizar sus ejercicios de yoga.