La figura de Emiliano Zapata debe colocarse como uno de los iconos nacionales del siglo XX, al ser el que más representa los ideales de la revolución mexicana en materia de cambio y transformación.
En el marco de la conmemoración por el centenario luctuoso del denominado “Caudillo del Sur”, Alberto Saladino, doctor en Filosofía de la UAEM, destaca que el revolucionario es la figura moral y la lucha por sus ideales de libertad y justicia los cuales tocan uno de los problemas más sentidos de la sociedad mexicana como lo es la desigualdad social.
“Él encarna todos esos valores por los que lucharon los revolucionarios de 1910, de modo que lo que se concretó en la constitución de 1917 son valores fundamentales generados por esa lucha revolucionaria y hoy nosotros tenemos que ver que el cumplimiento de los ideales revolucionarios, está en la llamada acción de la mayoría de los gobiernos que no han apegado a los principios de la Constitución”.
Reprochó que la historia oficial ha hecho uso de este y el resto de los emblemas de la Revolución para darle cause a la figura del Estado; sin embargo, dijo, poco se ha hecho para reivindicar los motivos de su lucha.
“La Historia oficial, y sobre todo la historia dominante, que crep el régimen del PRI que se presentó como heredero de la revolución mexicana en el siglo XX, han llevado a crear figuras de bronce, se convirtieron en figuras muertas al nombrar calles, al nombrar plazas, al hacer esculturas pero en ningún sentido a poner en práctica los ideales por los que ellos lucharon”, refirió.
Llamó a una nueva generación de jóvenes que se acerque a la figura del caudillo desde la premisa de que la historia es maestra de la vida y quien no la conoce está condenado a repetirla, acercándose desde los textos de Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán, José Vasconcelos y Antonio Caso.