La educación sexual integral, que también evitaría la violencia sexual en todas las infancias, es uno de los principales pendientes para visibilizar a la comunidad lésbica, aseguró Sofía Jiménez, coordinadora del programa de Identidad Sexual en Balance A.C.
En entrevista con motivo del inicio de junio mes del Orgullo LGBT, Jiménez explicó que las instituciones tienen el reto de asumir una visión de derechos humanos, y entender que estos derechos no se consultan.
Así se podrá reconocer que existen diferentes identidades en la comunidad lésbica y, con ello, necesidades de derechos humanos.
Afrodescendientes, indígenas, personas de la tercera edad, mujeres con discapacidad, niñas, morenas, son las distintas identidades que se deben ver, agregó, para romper con la idea de la mujer joven blanca, como la principal integrante de la comunidad lésbica.
"No se considera cuáles son los desafíos que nosotras atravesamos, a diferencia de la población gay tenemos menos espacios de encuentros, los hombres tienen otros recursos y otras formas de organizarse", dijo
La especialista en género y diversidad sexual explicó que cualquier miembro de la comunidad LGBT+ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, etc.) se ha visto atravesado por la discriminación, pero también hay quienes suelen tener más recursos.
Sin embargo, insistió, más allá de quiénes están más visibilizados, lo importante es la educación sexual integral, sobre todo dentro de los planes de educación básica.
"La educación integral en sexualidad cambiaría nuestra percepción respecto a nuestra identidad sexual, dejaría de verse el tema como algo que es negativo o que es perverso, dejarían de mandarnos a las llamadas terapias de conversión", dijo.
Con esto vendrían el reconocimiento de los derechos, por ejemplo, las familias y las lesbo maternidades. La experta aseguró que, además, la educación sexual que se imparte en las escuelas sólo incluye temas de prevención del embarazo y de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), en el mejor de los casos.