En una escuela de Ecatepec, la lucha por la violencia de género tiene muchos rostros: desde las estudiantes recordando a las quinceañeras asesinadas, hasta adolescentes pintando un mural.
Ubicada en uno de los municipios más peligrosos para ser mujer, ONU Mujeres y la Unión Europea, junto con el colectivo Tomate y Comex, acudieron a la Preparatoria Oficial 128 para hablar sobre uno de los temas más espinosos en ese territorio, los feminicidios, en el marco de la iniciativa Spotlight.
Vestidas de quinceañeras golpeadas, con pañuelos verdes y discursos escritos por ellas, las alumnas mostraron que es posible hablar de la violencia de otras formas, cambiar los discursos y, con unas pinceladas, modificar las realidades.
"Actualmente hay nueve feminicidios al día. Sí, aquí, en nuestro municipio, Ecatepec. Nuestra lucha es constante", comentó Génesis.
Las adolescentes hablaron de la lucha que libra su género todos los días en la Colonia Hank González.
"Yo, como joven, tengo el temor de salir a las calles y no volver a mi hogar viva. En nuestro municipio hay impunidad para un violador, un acosador y un asesino", lamentó Ana Karen.
Una a una, las alumnas alzaron la voz tejiendo historias, no sólo en discursos, sino también con un performance en el que recordaron a niñas de 14 a 16 años, cuyos cuerpos se ha hallado en espacios como un terreno baldío, un río o la calle, tras haber sido brutalmente agredidas.
"Soy Desconocida N, tenía quince años. Mi cuerpo fue encontrado en el río, descuartizado", declaró una de las estudiantes al ritmo de un vals de quince años truncado, como sus sueños.
"Los machistas piensan que las mujeres no tenemos que estudiar, que sólo debemos estar en la casa, lavar trastes, cuidar niños", afirmó Pilar al expresar su opinión.
Las menores también entonaron el famoso canto chileno "Un violador en tu camino".
Para cerrar, las estudiantes y los organizadores inauguraron el mural de la "Mujer Guerrera", de piel morena y cabello oscuro, el cual las recibirá antes de iniciar sus clases para recordarles, entre girasoles y puños en alto que, incluso en Ecatepec, la equidad de género puede florecer.