Con un costo de 33 mil 800 millones de pesos, por encima de los 12 mil millones previstos en agosto de 2008, cuando comenzó la obra, fue terminado el Túnel Emisor Oriente (TEO), la cuarta salida del drenaje metropolitano del Valle de México.
Cada uno de los 62.4 kilómetros costó 541 millones de pesos para evacuar 150 mil litros por segundo de aguas negras y pluviales, más de los 100 mil que desaloja el Túnel Emisor Central, el último tramo del Drenaje Profundo.
"Es una obra monumental, la más importante en la ingeniería hidráulica en los últimos 40 años, no sólo por su tamaño y costo, sino por el servicio que brindará a una ciudad de 22 millones de habitantes", expuso la subdirectora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) Patricia Ramírez.
La obra fue iniciada por el entonces director de Conagua, José Luis Luege, continuó durante el Gobierno de Enrique Peña y es entregada en esta administración, añadió Ramírez.
"Es una obra necesaria, las tres salidas del drenaje, el Emisor Central, el Gran Canal del Desagüe y el Emisor Poniente habían perdido capacidad, con riesgo de inundación de aguas negras y con el TEO queda resuelto", indicó la subdirectora de Conagua.
El ducto de 7 metros de diámetro fue construido con un revestimiento interno, diseñado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, con materiales para extender su vida útil ante la corrosión de los gases y la fricción del flujo continuo.
El residente a cargo de la obra, Luis Manuel Rivera, explicó que el proyecto de Enrico Martínez tardó más de 100 años en concluir la primera ruta de desalojo de las aguas residuales del Valle de México con el Tajo Nochistongo, obra encargada por el Virrey Luis de Velasco en 1607.
"Casi lo hizo a mano, con el trabajo de los indígenas, no tuvo como nosotros seis tuneladoras para perforar el túnel de 9 metros originales de diámetro", apuntó Rivera sobre el impresor de libros y enciclopedista que inició la primera obra de desagüe.
Las obras del TEO se prolongaron, expuso, porque comenzaron sin estudios geológicos y durante la horadación encontraron acuíferos y roca dura.
"Una tuneladora pesaba 800 toneladas, cuando encontramos suelo duro avanzábamos dos metros en un día, en dos ocasiones quedaron atrapadas, otra vez una tormenta muy fuerte desbordó el río de los Remedios, inundó lo que teníamos de túnel y la maquina quedó dentro, abajo la reparamos", indicó Rivera. Las seis tuneladoras podrán ser puestas a la venta, por si alguna ciudad, en México o el mundo, va a hacer un drenaje de estas dimensiones, concluyó Rivera.