La calle Andador Dos Minas es una pendiente mal iluminada enclavada en una de las zonas de cañadas del municipio de Naucalpan, pertenece a la colonia Minas de San Martín, la cual es considerada una de las zonas con mayores conflictos sociales y delincuencia, contrasta con la ostentosa zona de Interlomas, que se encuentra a escasos kilómetros.
Entre casas en obra gris y escasamente pintadas, pero con una perspectiva privilegiada del Valle de México, se encuentra un domicilio con una pequeña lona azul que por una ventana sirve como tienda de conveniencia, tras los barrotes que sirven como protecciones, se ofertan diversos productos comerciales, Coca Cola, Gansitos, hasta tortillas envueltas en papel blanco, provenientes de una tortillería cercana que sube sus productos para ganar más clientes.
Sin embargo, este pequeño lugar también comercializa otro tipo de productos, mariguana, “piedras”, “grapas”… el inventario es largo y por la zona no es excesivamente caro. Desde hace tiempo tienen tres repartidores, los que han sobrevivido a los cambios que se han dado dentro de las organizaciones criminales.
“Uno no puede estar bien con dios y con el diablo, en este negocio siempre estás en peligro, lo único seguro es que tienes que estar al pendiente de quien queda, para no pisarle los callos y no aparecer colgado en algún puente o hecho cachitos aquí en la cañada”, comenta Ismael, quien se dedica a la venta de narcóticos desde hace al menos tres años.
A escasos kilómetros de este punto de acceso al municipio de Naucalpan, la madrugada del pasado 28 de mayo fue detenido el líder de “La Unión Tepito”, organización criminal que controla el 80 por ciento de las operaciones de droga en la CDMX, pero también de al menos cinco municipios conurbados del Estado de México: Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Naucalpan, Huixquilucan y Atizapán de Zaragoza.
La organización criminal se ha fortalecido durante los últimos cuatro años, superando a bandas rivales y permitiendo la operación de otros grupos criminales en la zona, como es el caso de cárteles que se han establecido en Huixquilucan y Ecatepec y con los que comparten la operación delictiva.
Esta región mexiquense se ha convertido en uno de los enclaves más importantes para las organizaciones delictivas que operan en la zona del Valle de México. Su ubicación y amplio margen de movilidad permite un rápido desplazamiento hacia Querétaro y Guanajuato hacia el norte, a Toluca hacia el poniente, a la Ciudad de México hacia el sur y a Ecatepec al oriente.
La ubicación ha permitido que otros grupos delictivos se establezcan en la región como su puerta de entrada hacia el gran mercado que constituye la capital del país y los municipios conurbados del Estado de México.
De acuerdo con Ismael, la droga llega hacia la Unión Tepito proveniente de la zona de Toluca, así como del sur del Estado de México y Michoacán. La infraestructura carretera ha permitido que las distancias se acorten hacia esta región. Pero también llega muchos estupefacientes procesados de Guanajuato, Querétaro y Jalisco, debido a que se tiene una amplia gama de carreteras que les permiten transitar sin mayores restricciones a la zona.
La Unión Tepito y La Anti Unión Tepito son las dos organizaciones que predominan en la zona, sin embargo no son las únicas, El Cartel de Tláhuac, Los Rodolfos, Los Molina, Los Pozoles, entre otras organizaciones con menor incidencia, han logrado aprovechar esta zona para generar ganancias por medio de acciones delictivas.
Estos pequeños grupos se han convertido en los distribuidores y socios comerciales de los grandes cárteles de la droga, que han tomado como campo de batalla las zonas rurales de Michoacán, Jalisco, Guerrero, pero que ven en esta región uno de sus principales mercados.
Las rutas de la droga que se han esparcido por municipios conurbados dejando a los municipios de Naucalpan, Ecatepec y Tlalnepantla como de los municipios con el mayor número de delitos que se cometen en el país.
La captura de “El Jamón” moverá nuevamente la estructura de los grupos criminales en esta región mexiquense, sin embargo, deja de manifiesto la preponderancia de estos municipios para el control de la Ciudad México.