De cada diez empresas mexiquenses, ocho consideran que los delitos son el principal problema que enfrentan para el desarrollo de nuevos proyectos, de acuerdo con la encuesta de victimización de empresas que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por lo que, aunado a la crisis económica por la pandemia de COVID-19, el sector privado externó que es indispensable una coordinación efectiva con la autoridad.
Gilberto Javier Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem), explicó que a largo del último año, 293 mil empresas y comercios fueron víctimas de un delito, principalmente extorsión, robo de mercancía y robos hormiga, que representaron pérdidas económicas por 11 billones de pesos.
“El tema de inseguridad ha sido históricamente, y lo sigue siendo hoy, un dolor de cabeza para los empresarios de todo el país, y esto va ligado con una serie de problemas sociales, como la falta de confianza en los cuerpos policiacos, temas de corrupción y, por supuesto, el comercio informal; y esto, al final, resulta en la pérdida de inversiones o cancelación de proyectos de ampliación de negocios”, dijo.
A pesar de que el gremio ha hecho esfuerzos importantes por obtener sistemas de alerta más efectivos, patrullajes constantes y capacitaciones para que los trabajadores, y la población en general, no caigan en casos de extorsión, estos se siguen presentando.
Asimismo, durante los últimos meses, el grado de violencia física aplicado en la comisión de delitos aumentó en un 6.3% de los casos.
“Creemos que el problema es grave y requerimos una estrategia de atención acelerada”, añadió, así como apostar por una cultura de la denuncia, ya que sólo 2 de cada 10 delitos cometidos contra el sector son denunciados, y la percepción de los empresarios revela que en 67% de los casos no se resolvió nada tras la presentación de la denuncia.