“La música dejó de sonar, y los mariachis callaron”, de esta forma es como definen la situación por la que pasa este gremio, el cual, hasta el momento, ha sido muy afectado por la pandemia, lo que ha provocado que tengan que modificar su modo de trabajo, optando así por las serenatas virtuales.
“Adaptarnos, por lo que hemos dado serenatas virtuales, y esto es con base a las necesidades que tenemos todos nosotros. Como representantes dependen los elementos, y los elementos a su vez tienen a sus familias y sus necesidades”, comentó Joel Arriaga, representante del Mariachi Alma de México.
Asimismo, la pandemia también ha provocado que sus servicios sólo sean en funerales, incluso en los de sus compañeros que también han perdido la batalla por el virus: “Efectivamente hemos tenido decesos de compañeros músicos. Hemos tenido que salir a los diferentes difuntos, es lo que más se nos ha dado porque no hay eventos, no hay fiestas por lo que debemos trabajar con los difuntitos”, señaló.
Actualmente, más de 500 familias dependen de la música, al menos en el municipio de Calimaya; por tal motivo, y ante la disminución de trabajo, han optado por dividir sus grupos de 12 elementos para que así todos puedan tener un ingreso económico.
Además, Joel Arriaga menciona que han buscado la forma de seguir generando ingresos con su música: “Tenemos que adaptarnos a la nueva modalidad y a lo que se presente, de hecho, por ejemplo, agrupaciones grandes se han estado separando, ya que además la gente no tiene para contratar un grupo de 14 elementos y si para uno de seis”.
Si bien, los funerales y serenatas virtuales les han dado la oportunidad de tener ingresos, los mariachis ruegan para que el semáforo cambie de color y les permita regresar a las reuniones o serenatas, pues de este modo la música podrá seguir escuchándose en cada rincón del Estado de México.