Ante la demanda de tanques de oxígeno, y lo elevado de su precio, mexiquenses han optado por realizar aparatos “caseros” que brinden la misma función; sin embargo, más que ayudar a combatir la falta de aire, lo que provocan es una afectación importante en la salud.
“Relativamente, hay estos dispositivos que están creando las personas sin ningún conocimiento médico y esto está provocando que pongan en riesgo su salud, las bombas que utilizan están generando únicamente el aire del medio ambiente que sólo tiene una concentración del 21 por ciento”, señaló Sergio Vallejo Carranza, Jefe del Departamento de Inhaloterapia del Hospital Nicolás San Juan.
El especialista detalló que, un paciente con COVID-19 requiere más del 21 por ciento de concentración de oxígeno: “Si nosotros tenemos el 21 por ciento de concentración en el medio ambiente, estos equipos lo que hacen es separar las moléculas. La OMS nos dice que, el oxígeno respirable de grado médico es arriba del 93 por ciento de grado de pureza, es lo que tiene un tanque de oxigeno”, argumentó.
Así pues, los aparatos “caseros” son realizados principalmente con bombas de peceras, agua y una mascarilla. “Y lo que hacen con los equipos caseros no tiene ningún control de calidad, se puede combinar con aire del medio ambiente contaminado y contaminado con algún otro agente, pueden generar otro tipo de gases que a la hora de respirar puede ser perjudicial”, señaló.
Es importante indicar que, ninguna bomba casera, de electricidad o peceras, podrán generar oxigenación cuando un órgano está dañado, lo único que obtendrán es desarrollar insuficiencia respiratoria progresiva.