El Partido Revolucionario Institucional (PRI) propuso reformar el Código para la Biodiversidad, con el objetivo de prohibir el uso de cañones antigranizo, como un mecanismo para evitar la alteración del clima y para no alejar las lluvias que benefician a los productores del campo.
El diputado Iván Esquer indicó que la iniciativa surgió de las inquietudes de diversas organizaciones, agrupamientos, movimientos y ciudadanos de la Zona Norte del Estado de México, particularmente de los municipios de Jocotitlán y San José del Rincón, en busca de resolver un problema que les aqueja.
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Los cañones antigranizo son dispositivos utilizados en algunas regiones agrícolas para intentar evitar o reducir el tamaño del granizo durante tormentas.
Funcionan emitiendo ondas de choque sónicas hacia las nubes con granizo en formación, lo que se supone que interfiere con el proceso de formación de granizo y lo reduce en tamaño.
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Sin embargo, su eficacia es controvertida y algunos estudios sugieren que su impacto es limitado. Sus efectos negativos, en contraste, van desde ruido ambiental -pues emiten ondas sonoras de alta intensidad para interferir con la formación de granizo-, desplazamiento de especies, posible contaminación del suelo y el agua, pero principalmente se ven reflejados en la modificación del ciclo hidrológico del agua, causando falta de lluvia y sequías, lo que afecta directamente a la población aledaña a los lugares que utilizan este tipo de tecnologías.
“El uso de esta tecnología ha abierto un debate entre quienes defienden la práctica de los cañones contra quienes señalan que son dañinos para el clima y que, por lo tanto, contribuyen al fenómeno del cambio climático que tanto se desea mitigar”, expuso.
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A la fecha, destacó el legislador, no existe un estudio que respalde ni las bondades ni los efectos del uso de cañones antigranizo para modificar el estado del tiempo, ni de sus afectaciones al cambio climático, lo que para el legislador haría falta por definir, igual que ocurre con las vacunas que necesitan arduos estudios para ser liberadas.
“Al no haber estudios suficientes que permitan aceptar o desechar las teorías de si funcionan o no, de si ayudan o no, si perjudican a la lluvia o no, no tendría por qué estar permitido”, consideró.
Adicionalmente, expuso, la legislación en el Estado de México no hace referencia en ningún apartado al uso de tecnologías como los cañones antigranizo.
Por tanto, destacó, “todo lo que pueda atentar contra la naturaleza tendría que estar prohibido por regla general”.
La iniciativa fue remitida a las comisiones unidas para su análisis y posterior dictamen.