Con la apertura de los mercados en el país, a partir de la década de los ochenta el Estado de México dejó de ser una de las entidades punteras en crecimiento económico, afirmó el investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México, Leobardo de Jesús Almonte.
El universitario explicó que para analizar la economía del país es necesario observar el comportamiento que tiene este rubro por regiones y entidades, ya que los resultados son contrastantes, siendo el norte el que registra mayor crecimiento, mientras que el sur presenta un evidente atraso económico.
En ese sentido, indicó que el Estado de México crece a un ritmo promedio, pese a que fue la entidad con la que inició la industrialización en el país, alcanzando en la década de los setentas una tasa de crecimiento de hasta 16 por ciento, por arriba de la media nacional.
Así, puntualizó, las políticas públicas deben implementarse de acuerdo con la vocación o posibilidades que tenga una entidad para lograr su crecimiento y no de manera estandarizada. Por lo tanto, recomendó reconvertir la estructura productiva en el sentido de lo que está produciendo, con la finalidad de aprovechar la bondad de la manufactura.
“El Estado de México crecía más que la economía nacional; sin embargo, algo pasó cuando se abrió la economía, pues el desarrollo de la entidad se estancó, a pesar de su vocación industrial”.
Leobardo de Jesús Almonte agregó que una de las virtudes del crecimiento para algunos países es la forma en la que participan en la cadena global de valor; sin embargo, en México se rompe porque parte de los insumos son importados y, por lo tanto, la derrama que la manufactura o que una empresa pudiera tener en una región se diluye porque los insumos que se tendrían que estar demandando de la región son importados.