Desde octubre de 2019, Gabriela Falcón Villegas no sabe nada de su pequeña hija Regina, pues desde esa fecha el padre de la menor decidió llevársela y no permitir que su madre tuviera contacto con ella.
Desde ese momento, Gabriela ha perdido momentos importantes con la pequeña, como celebrar su cumpleaños, apoyarla en sus estudios o demostrarle su cariño.
"Su papá la sustrajo en una convivencia (judicial) que tenía de fin de semana, él ya no regresó. Levanté mi demanda por sustracción de menor en diciembre de 2019, pero fue desde octubre que dejé de verla", relata Gabriela.
La madre señala que durante un año mantuvieron un proceso de integración de carpetas, pruebas y evidencias, mismas que han desechado las autoridades.
"Se levantó una Alerta Odisea en junio del 20 por una diligencia que nos habían autorizado para recuperación de menor, en donde su papá la brinco por la azotea hacia la casa colindante para sacarla por el otro domicilio y no entregarla", sostiene.
Así, desde diciembre de 2020, el papá de Regina fue vinculado a proceso, sin embargo, han pasado seis meses y no se ha logrado ningún avance favorable.
"No quiere que la vea, yo actualmente soy casada, no aceptó que rehiciera mi vida y no quiere que conviva con mi actual pareja y mi otro bebé", externó.
La pequeña Regina actualmente tiene 7 años, dos de ellos ha permanecido lejos de su madre.
"Ya son dos años que no la he podido ver, Regina actualmente tiene 7 años y no me dejan hablar con ella. La semana pasada tuvimos audiencia en juzgados de Almoloya en donde con una licenciada del DIF habíamos llegado a un acuerdo en que por lo menos este sábado 12, que fue su cumpleaños me dejarían hablar con ella por teléfono, pero el papá no nos tomó la llamada", relata.
Si bien la guarda y custodia la tiene Gabriela, esto no ha sido considerado por las autoridades del juzgado.
"Ha sido bastante fuerte, muy fuerte, porque es mi hija, es mi primera hija, es mujer y el no tenerla, no abrazarla, no poder verla ha sido muy fuerte", señala Gabriela.
La fe es lo que mantiene en pie a Gabriela, confía en que muy pronto podrá ver a su hija, sin embargo, para esto también necesita el apoyo de las autoridades correspondientes, cuyo trabajo hasta hoy a sido deficiente.
"He tratado de mover mucho en juzgados por la vía legal, he tenido abogados que no me han ayudado, el que tengo ahorita al parecer va avanzando el caso, pero al final es burocracia, estoy desesperada", finaliza la madre.