La nueva correlación de fuerzas y la falta de empuje de Morena cuando fue clara mayoría en la Legislatura mexiquense podrían dejar en la “congeladora” iniciativas como los matrimonios igualitarios, la interrupción legal del embarazo, la desaparición del fuero y las leyes ISSEMyM y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), pero también la intención de construir una nueva Constitución local.
Además, de no acordar la mayoría simple, incluso podrían revertirse, al menos desde el punto de vista operativo y de decisiones ya tomadas, como la Ley de Amnistía del Estado de México.
Para desatorar los más de 400 pendientes de la saliente Legislatura, o al menos los que le interesan o con los que se comprometió, el actual grupo mayoritario apenas contará con un noveno periodo ordinario de sesiones, que inicia el 20 de julio y, conforme a la ley, no puede prolongarse más allá del 15 de agosto, y se tendrán otros 25 días para periodos extraordinarios, de lograrse los consensos requeridos.
Entre las iniciativas atoradas destacan las que se entramparon casi desde el inicio: los matrimonios igualitarios, la Ley de Seguridad Social del Estado de México y Municipios, así como la Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México.
En cuanto a los matrimonios igualitario, conforme con lo que reconocieron algunos actores del todavía grupo parlamentario mayoritario, ni siquiera ha logrado los consensos internos, pues algunos morenistas consideran que la propuesta interfiere con sus creencias religiosas.
Mientras que la Ley ISSEMyM quedó en abrogación de la norma anterior que mudaba el sistema de pensiones a las Afores, pero a la fecha ni siquiera se ha concretado la realización de una auditoría externa aprobada, en su momento, por el pleno, en el afán de conocer las causas del déficit económico en el Instituto y tomar decisiones sobre las medidas para garantizar su viabilidad financiera con una nueva norma.
Mientras que en la ley universitaria, los diputados arguyeron la necesidad de que sean los propios universitarios quienes se pongan de acuerdo con relación a las reformas para evitar trastocar la autonomía, en aspectos como la reelección del rector o la revocación del mandato, la erradicación de las candidaturas comunes y la elección por el voto directo de todos los universitarios.
Tampoco ha caminado la propuesta de la morenista Azucena Cisneros para desaparecer el fuero. Esto porque en principio se habló de modificar esta figura para dejarla en inmunidad, a fin de que la protección desapareciera con cualquier sentencia condenatoria, pero tras la aprobación federal, Cisneros consideró que debía ratificarse en los mismos términos, de tal manera que ni siquiera quedara en inmunidad.
La autora de dicha propuesta acusa que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados están en desacuerdo con ambas figuras jurídicas.
A la controversia de matrimonios igualitarios se suma la existente en materia de interrupción legal del embarazo, donde el Partido Acción Nacional (PAN) claramente se opone; pero, además, se agrega la posibilidad de que la intención de Morena por reformar integralmente la Constitución local ya no se concrete en lo que resta de la 60 Legislatura por falta de tiempo, pues en la siguiente ninguno de los dos bloques reunirá las dos terceras partes de los votos requeridos para este tipo de cambios.
Por si fuera poco, cabe la posibilidad de que, al convencer a los partidos Verde Ecologista (PVEM) y Movimiento Ciudadano, el bloque priista revierta las decisiones que los actuales diputados tomaron por mayoría simple, como la Ley de Amnistía que, si bien, tuvo respaldo mayoritario, en los hechos ha sido obstaculizada.