El Río Lerma en su tramo con la localidad de Tlachaloya primera sección, en Toluca, es la prueba del impacto que genera el unicel al medio ambiente, el cual tarda 100 años en degradarse.
Ante está situación un promedio de 10 organizaciones, desde enero comenzaron con una campaña de recolección de unicel, ya que señalan que por cada tonelada que se reúne, se salva la vida de 40 árboles.
"Mucha gente no sabe que el unicel se recicla, además de que no existe donde llevarlo, ahorita es nuestra segunda campaña, lo que hacemos es reunir el unicel que llevamos a una empresa recicladora para hacer marcos de fotografías", detalló Verónica Robelo, fundadora Cultura Futura.
Sin embargo, estos no son los únicos artículos que se realizan con el unicel reciclado, pues también se fabrican partes automotrices y suelas de zapatos.
"La idea es reducir nuestro impacto y hacer conciencia, la idea de darle nueva vida al unicel es que todos aprendemos a reducir y evitar este tipo de productos".
Actualmente los mexiquenses siguen buscando principalmente vasos, platos y charolas de este material.
"La idea es tener un lugar donde llevarlo y que sepan que van a tener un fin útil y sin contaminación, es decir será reciclado".