Un proceso de crianza que involucre el liderazgo de los padres, una adecuada comunicación y actividades que produzcan lazos afectivos evitan que los niños desarrollen conductas antisociales e, incluso, que sean proclives a convertirse en víctimas de acoso sexual, destacó la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, Brenda Mendoza González.
La docente de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEM, quien recientemente publicó el libro Educa y fortalece a tus hijos. Manual para padres, subrayó la importancia de que los progenitores adquieran la responsabilidad de sus hijos, pues en algunas familias mexicanas crecen bajo la tutela de los abuelos o en ambientes de soledad emocional.
La autora de siete libros sobre temas como aprendizaje, acoso escolar, autocontrol y prácticas de crianza, recomendó, por ejemplo, que los hogares no deben ser restaurantes en los que los niños elijan su alimentación y, por el contrario, se genere una disciplina nutrimental.
Asimismo, Mendoza González exhortó a que los padres dediquen al menos 15 minutos al día para jugar, generar cercanía y, finalmente, responsabilizarse como los principales tutores de los menores.
Detalló que su línea de investigación tiene como principal objetivo detener y transformar comportamientos que son nocivos para la autoestima de los niños y que más adelante, durante la vida adulta, pueden convertirse en comportamientos delictivos que afectan a la sociedad.
“Es necesario que los padres identifiquen conductas que a temprana edad surgen y que no deben normalizarse como escupir, robar, amenazar o burlarse”, indicó Brenda Mendoza González, autora de una amplia investigación sobre el comportamiento infantil y familiar.
La experta universitaria subrayó que dinámicas como la sobreprotección, una deficiente alimentación o no dedicar tiempo exclusivo para jugar, abonan a que los menores puedan desarrollar perfiles de víctima de bullying o abuso sexual.