Cuando se nace con una discapacidad, por pequeña que parezca, las oportunidades para brillar se redoblan, y aunque para Jesús Ángel Hernández, la magia llegó con el cáncer, por increíble que parezca.
Cuando nació, el hoy pintor y becario de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, aprendió a vivir con atrofia muscular en el brazo derecho, pero como tenía el lado izquierdo intacto, “nunca se sintió como discapacitado”.
“La situación es que a las 19 años perdí el brazo izquierdo por cáncer, pero yo nunca antes me había sentido discapacitado (sic) porque la mano izquierda funcionaba al 100 por ciento, cuando me vi de frente con la situación de perder un brazo y que el otro no funcionaba porque no lo utilizaba para nada, ahí fue cuando me dije ‘¿qué sigue de aquí? ¿Qué sigue para mí si no se hacer nada con la otra mano?’, entonces, muy al contrario de lo que pensé al principio, aprendí a hacerlo todo desde cero”.
Fue un año después que “su regalo divino llegó”, pues Jesús Ángel, originario de Navolato, Sinaloa, comenzó a dibujar, un día mejor que el anterior, y así, lo que de inicio fue una terapia tanto física como emocional, se convirtió en un empleo, en una pasión y en la manera de salir adelante pese a la adversidad de vivir prácticamente sin brazos.
Un trazo tras otro, la pintura, el dibujo y sus materiales se convierten en sus medios de expresión, su mente ya no tiene barreras y su boca la emplea para transmitir de mil maneras diferentes.
“Te replanteas muchas cosas, pero también considero que el tiempo que que pasas quejándote lo podrías aplicar en otra cosa, sí te puedes quejar, pero aviéntate cinco minutos quejándote y el resto que sea aprendizaje”.
En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el artista visitó Toluca para presentar sus piezas “Ángel, viento, paraíso” y “Racimo de Elisa” en las que expone que la “discapacidad” es solo una palabra y que como en su caso: todos tenemos un boleto para acceder a ella y tarde que temprano terminaremos cobrándole.
En Toluca habitan al menos 24 mil personas con alguna discapacidad, y a todas ellas, el artista Jesús les mandó un mensaje: La discapacidad está en la cabeza, hay que atrevernos a ir en contra de los pronósticos, todos tenemos una discapacidad, sí, pero tiene que ver mucho el cómo la manejamos, todos tenemos la capacidad, ese regalo de estar vivos y con infinitas posibilidades.
“Soy feliz, no me siento discapacitado (sic), el espejo jamás me lo dice y hay que aprender con lo que uno tiene”, finalizó.