Egresados de la Normal Rural “Lázaro Cárdenas” de Tenería se manifestaron a las afueras de la institución en exigencia del esclarecimiento del homicidio de Brayan y en demanda de que los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM) apliquen mano firme para erradicar los cotos de poder internos y las prácticas violentas.
Los inconformes, pertenecientes a generaciones que van de 1975 a 1981, fundaron un consejo que dará acompañamiento a padres de familia y estudiantes que se han visto afectados por estas conductas, y promoverán la reivindicación de la institución.
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“Nos enteramos del lamentable asesinato de nuestro hermano menor Brayan, de diferentes generaciones decidimos reunirnos y manifestarnos en exigencia de que se esclarezca el homicidio y se castigue a los culpables de esa situación porque no es correcto ni justo”, indicó Bernardo Vega, integrante de este consejo de maestros egresados de la normal rural de Tenería.
El manifestante precisó que el segundo propósito de la congregación es que se erradiquen esas prácticas que ocurren en todas las normales rurales del país y han arrojado otras víctimas mortales. “Nos sentimos muy preocupados por nuestra escuela, por nuestra alma máter, y deseamos que las normales rurales se reencaucen y no desaparezcan”, dijo.
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Detalló que la intención primigenia es que la Normal de Tenería, ubicada en el municipio de Tenancingo, a unos minutos de la capital mexiquense, “resurja como institución formadora de docentes”.
“No planteamos la desaparición de las normales, son necesarias e importantes en la formación de docentes, son la opción adecuada para jóvenes de escasos recursos porque eso les permitiría tener una profesión”, aclaró.
Para ello, destacó la necesidad de que la autoridad educativa estatal quite tantos privilegios que tienen, no la normal, sino quienes la controlan; “que haga una revisión de su funcionamiento y los errores cometidos, y los corrija”.
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La manifestación coincidió con el inicio del curso propedéutico para el siguiente ciclo escolar; en el trascurso de 3 horas de movilización, al menos cuatro alumnos desertaron, derivado de las prácticas violentas a las que son sujetos los estudiantes de nuevo ingreso, según lo refirieron los allí congregados.
“Pudimos observar que tenían a los muchachos dando vueltas dentro de la escuela, no nos permitieron entrar, estuvieron cerrados los portones... pudimos observar la salida de cuatro chicos que desertaron, comentaron que es mucha la violencia que se ejerce en contra de ellos, incluso uno salió hasta con temperatura, son prácticas de intimidación que no coadyuvan en nada a la formación pedagógica de los muchachos”, indicaron.
Plantearon que las normales rurales se han convertido en un coto de poder, están blindadas, nadie que no se encuentre autorizado puede entrar. "En nuestros tiempos entraban los padres de familia, era una institución educativa”, dijeron.
Finalmente, comentaron que, al interior, el Poder es ejercido por una dualidad: por un lado hay un consejo estudiantil que impone, parte y reparte, y por otra los alumnos de cuarto y tercer grado son los de mayor jerarquía y pueden cometer abusos contra los de primero y segundo.