Regularmente cuando nos hablan de menstruación solo nos dicen que las mujeres van a sangrar durante cinco días; sin embargo, este proceso va mucho más allá porque afecta todo nuestro cuerpo, nuestra salud mental y nuestro quehacer diario, destacó Alejandra López Carvajal, escritora, activista menstrual y co-creadora de la colectiva Rojo Libre, al impartir la charla “La importancia de hablar sobre menstruación”, en el Plantel “Ignacio Ramírez Calzada” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Acompañada de la directora general de Comunicación Universitaria, Ginarely Valencia Alcántara; la directora del Plantel, María del Rocío García de León Pastrana; el subdirector académico, Joel Isac Ortiz Murillo, y la alumna Valeria Hernández Fuentes, López Carvajal explicó que el ciclo menstrual está compuesto de cuatro fases: la fase menstrual, la fase folicular, la fase ovulatoria y la fase lútea. Durante ellas, los niveles hormonales se ven afectados dependiendo de cada una de ellas, lo que provoca cambios de humor, cambios en el rendimiento energético e incluso, alteraciones en apetito de las mujeres y personas menstruantes.
Conocer cómo funciona el ciclo menstrual puede ayudar a entender los cambios físicos y hormonales en cada fase, esto permite que las mujeres y personas con capacidad de gestar sean más compasivas con ellas mismas. En este sentido, mencionó que aún es invisibilizada la menstruación, pues a pesar de que existe información, la gran mayoría se encuentra desactualizada.
“Cada vez hay más doctoras y científicas que se están preguntando cómo funciona la menstruación y qué otras implicaciones tiene. Aunque esto no deja de ser un tema de mujeres, es decir, que cuando una mujer sufre de dolores abdominales fuertes le dicen “eres una exagerada, tómate una pastilla”, cuando en realidad puede ser algo mucho más grave”, apuntó.
Alejandra López explicó que existen trastornos menstruales, los cuales son alteraciones relacionadas con la menstruación y con la salud mental de quienes los sufren, entre estos se encuentran la endometriosis, el ovario poliquístico y el trastorno disfórico premenstrual, los cuales pueden causar infertilidad, depresión, desesperanza y aislamiento social.
La activista menstrual indicó que cada cuerpo es distinto, por ello, es necesario tener acceso a información sobre productos menstruales (como las toallas sanitarias, tampones, copa menstrual, anillo menstrual y ropa interior menstrual), porque puede ayudar a que cada persona sepa qué producto usar dependiendo de sus necesidades y comodidades. Esto no quiere decir que un producto es mejor que otro, sino que no toda la población menstruante tiene la posibilidad y la necesidad de adquirir un mismo producto, es decir, depende de factores sociales, demográficos, económicos, así como el acceso al agua y productos de limpieza.
En este sentido, afirmó que la pobreza menstrual es una realidad que viven las mujeres y personas menstruantes, que se enfrentan al difícil acceso a los recursos necesarios para vivir una menstruación digna, ejemplo de ello es que 31 por ciento de la población menstruante en México deja de comprar productos de la canasta básica para comprar toallas sanitarias. Además, 19.5 por ciento tiene carencias en el acceso a servicios básicos de las viviendas como agua potable y acceso a sanitarios.
“La pobreza menstrual es un tema poco investigado; por ejemplo, cuando yo realicé mi trabajo de tesis y hablé sobre ésta se pensó que era que las mujeres tenían un flujo poco abundante, cuando realmente es la falta de acceso a productos menstruales, que como consecuencia puede generar infecciones y enfermedades por la falta de higiene”, enfatizó.
Asimismo, apuntó que de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual, 30 por ciento de las entrevistadas dejó de asistir a la escuela mientras menstruaba, lo cual está relacionado con la falta de productos de higiene menstrual, además de la falta de papel, agua y jabón en sanitarios escolares, lo cual es alarmante, ya que obstaculiza el derecho a la educación de infancias y adolescencias.
Alejandra López expuso que la falta de condiciones sanitarias para grupos vulnerados como las personas discapacitadas, no binarias y hombres transgénero, no les permite ejercer su derecho a una menstruación digna.
Finalmente, López Carvajal invitó a las y los universitarios a difundir información verificada sobre la menstruación y hablar de ella tal como es, un proceso natural por el que pasan las mujeres y personas menstruantes, además de apoyar a las colectivas y a las organizaciones dedicadas a esta temática.