En la 22 zona militar, ubicada en Santa María Rayón, fueron destruidas 317 armas de fuego, de las cuales 214 fueron obtenidas a través de decomisos en distintos municipios del Estado de México.
Y la mayoría de las 59 armas largas que se destruyeron le fueron decomisadas al crimen organizado que por años se ha establecido en territorio mexiquense.
“El decomiso de armas largas es menos común que las armas cortas. Si se fijan la mayoría de armas que tenemos son cortas, pero la mayoría son armas que utiliza la delincuencia como son los fusiles AR15 o los Ak47 que son los que más llegan de la delincuencia organizada”, comentó el capitán segundo en Materiales de Guerra, Antonio Parroquín Hernández.
Por su parte, también fueron decomisadas 155 armas cortas, que se confiscaron por parte de personas quienes las portaban en la calle, sin ningún permiso, o porque se cometió algún delito con ella o por ser de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
“Algunas son de uso permitido para poseerlas en su domicilio; en este caso los calibres que se pueden tener para protección son, en pistolas, el mayor es el 3.80, y pueden tener calibre 22, 25 y 32”, externó el capitán.
Cada arma es seccionada en partes claves, posteriormente se sepultan para que no se les vuelva a dar uso.
“Muchas armas a veces son fabricadas por el personal civil, ellos hacen sus armas, ahorita se ha dado mucho las pistolas de pluma; lo que sí tenemos son muchos revolver y pistolas de diversos calibres”, explicó.
Además de las armas decomisadas, empresas de valores también donaron armamento que ya no utilizan para ser destruido y de esta manera evitar que lleguen a las calles y se puedan cometer diversos delitos con él.