Decenas de vecinos de varias colonias del oriente de Tlalnepantla se apostaron en torno a la obra del Hospital Los Caracoles para exigirle al Gobierno del Estado de México la conclusión de su construcción a la brevedad, pues la falta de un nosocomio tras el cierre del Valle Ceylán en 2017 complica la atención sanitaria durante la pandemia de COVID-19.
Las labores de edificación iniciaron hace ocho años, con un presupuesto inicial de 382 millones de pesos, y aunque el exgobernador Enrique Peña Nieto reportó, en su último informe como mandatario estatal, que el hospital, ubicado en la colonia Jorge Jiménez Cantú, se encontraba concluido, en la actualidad, la obra luce abandonada, con un avance que se estima de entre 60 y 70%.
Los colonos fueron acompañados y respaldados por presidentes de Consejos de Participación Ciudadana (Copacis), regidores y por el diputado morenista Max Correa, quien propuso terminar el inmueble y ponerlo en funcionamiento con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, si es que no alcanza para ello el presupuesto federal 2021.
Correa Hernández señaló que los 700 millones de pesos que hacen falta no sólo pueden salir de los impuestos que la gente paga, “también de lo que se ha confiscado a los corruptos que gobernaron México. La corrupción de los gobiernos federales del PRI y PAN impidió que este hospital fuera concluido. Ahora que es parte del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) estamos seguros de que el presidente Andrés Manuel López Obrador va a voltear a escuchar la voz de los vecinos y, seguramente, presupuestará lo necesario para que en el 2021 entre en funcionamiento y atienda a más de 300 mil personas de la zona oriente de Tlalnepantla y de todo el Estado de México”, confió.
El legislador se comprometió a proponer, junto con su compañero de bancada Gabriel Gutiérrez Cureño, un punto de acuerdo para que el Congreso del Estado de México realice un recordatorio al Insabi, con el fin de que retome la construcción de este hospital. La petición, advirtió la señora María Dolores Burgos, no es un capricho, “sino una necesidad muy grande porque estamos en un momento de pandemia, y si este hospital estuviera funcionando, no tendríamos que correr hasta la Ciudad de México para solicitar servicios médicos”.
A la manifestación llegó la niña Kenia acompañada de su madre, quien denunció que, debido a que no existen servicios médicos especializados en esta zona del estado, ella tiene que trasladarse al hospital del IMSS de Legaria, ubicado en la Ciudad de México, para ser atendida de su malformación de venas y arterias en la cabeza. Detalló que desde hace seis meses, ella y su hija se trasladan diariamente en transporte público al hospital, lo que consideró de gran riesgo porque son más susceptibles de contraer COVID-19, por lo que hizo un llamado a los tres niveles de gobierno para concluir el nosocomio.