Una calcomanía pegada en el parabrisas o en las puertas, se ha convertido en el escudo para cientos de operadores del transporte público y de carga, ya que es la marca que les ponen bandas delictivas para evitar ser asaltados y por lo que pagan grandes cantidades de dinero.
“Se identifican como miembros de carteles grandes como Nueva Generación o la Familia Michoacana y de repente sale uno por ahí que ni conocemos. Las cuotas son variables, depende de la actividad no es lo mismo al de las minas, al de los materiales, que al de una tienda de abarrotes", detalló, Carlos García, Vicepresidente nacional AMOTAC.
El costo de la calcomanía, la cual está marcada con las iniciales del grupo delincuencial, con el apellido del presunto líder o bien la ruta, les cuesta al sector transportista desde mil hasta los 100 mil pesos.
“Pero la extorsión sigue, tenemos que entrarle porque si no viene la repercusión y nos queman unidades, nos han matado operadores”.
Si bien los operativos por parte de autoridades de seguridad han sido “robustos”, no han tenido efecto alguno en las carreteras, ya que los delincuentes una vez que detectan la presencia de los elementos “migran” a otro punto para delinquir.
"En algunos casos son cantidades por semana, en otros casos por mes, lo que piden es variable de acuerdo al rango de gente que se mueve".
En el caso particular del Valle de Toluca, las extorsiones para poder operar van dirigidas más al sector del transporte público, todo lo contrario a lo que pasa en el Valle de México, que está enfocado al sector del transporte de carga.
"En la zona sur tienen que traer una calcomanía para que no sean violentados, tocados y no tengan alguna clase de problema”.