El agua de lluvia ya no es apta para el consumo humano en ninguna parte del mundo, sentenció este jueves un nuevo estudio realizado por la Universidad de Estcolomo, en Suecia.
Según la investigación, actualmente las sustancias químicas permanentes se han propagado en la atmósfera a tal grado que pueden ser encontradas en el agua de lluvia y la nieve de los lugares más remotos de la Tierra.
En caso de que no lo sepas, las sustancias químicas permanentes, también conocidas como PFAS, es la denominación para las sustancias alquílicas per- y poliflouradas, las cuales están relacionadas como causantes de cáncer en los seres humanos y son extremadamente persistentes.
Si bien en las grandes ciudades del mundo no se consume agua de lluvia, en otras partes del planeta muchas personas esperan que sea segura para beber y sirva como una alternativa a las fuentes de agua potable.
Para llegar a esta conclusión, los científicos de la Universidad de Estocolmo llevaron a cabo un trabajo de campo y laboratorio durante más de una década.
“Se sabe que las PFAS resultan altamente persistentes, pero su presencia continua en la atmófera también se debe a sus propiedades y procesos naturales que se reciclan constantemente desde el entorno de la superficie”, explica Ian Cousins, autor principal del estudio.
“Las grandes cantidades que costará reducir las PFAS en el agua potable, a niveles que sean seguros de acuerdo con el conocimiento científico actual, deberán ser pagados por la industria que produce y utiliza estos químicos tóxicos. El momento de actuar es ahora”, advierte el también profesor del Departamento de Ciencias Ambientales en la institución europea.