En el transcurso de veinte inmersiones y 180 horas, el equipo exploró los cañones de Ningaloo, en el Océano Índico, hasta profundidades de 4 500 metros.
Los autores de este estudio hicieron este descubrimiento al seguir, durante 27 meses, a una población de rinocerontes en el parque de Hluhluwe-iMfolozi Park, en Sudáfrica.