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En Sri Lanka se tiene registro de 200 elefantes domesticados y otros 7 mil 500 en estado salvaje. No obstante, la captura de ejemplares salvajes es considerado como un delito grave.

Ante esta situación y preocupados de que estas salidas esporádicas se incrementen hasta convertirse en un punto sin retorno, los habitantes decidieron llevar fruta, semillas y otros alimentos al llamado “Bosque de Monos” para tratar de aplacarlos.

En las grabaciones se puede observar como la orca de nombre “Kiska” no para de impactarse contra uno de los cristales que tiene en su lugar.