Al suroeste de Iowa, en Estados Unidos, un habitante local encontró un hueso inusualmente largo incrustado en el lecho de un arroyo. Después de informar a un grupo de arqueólogos, un gigantesco fósil fue extraído del barro, revelando los restos de una antigua y poderosa bestia con colmillos: un mastodonte que habitó la Tierra hace 13 mil 600 años.
Y es que el hueso que sorprendió a los residentes del condado de Wayne resultó ser el fémur de uno de estos animales, de altura similar a la de los elefantes modernos, pero probablemente más voluminosos, pues llegaban a pesar hasta 6 toneladas.
A dos años de ese descubrimiento, expertos de la Universidad de Iowa han recuperado el cráneo bien conservado del ejemplar, así como un colmillo roto y varios otros huesos.
Ahora, el equipo espera identificar evidencia de interacción humana con el mastodonte, quizá las puntas de algún proyectil o incluso los cuchillos que se emplearon para matarlo y realizar el descuartizamiento inicial.
“La datación por radiocarbono reveló que el cráneo del mastodonte tenía 13 mil 600 años de antigüedad. Este periodo resulta muy significativo, ya que coincide con la ocupación humana en la zona. Durante esa época, los primeros habitantes de América del Norte coexistieron con estos enormes mamíferos, los cuales solían vagar por el continente y eran cazados”, precisó John Doershuk, uno de los arqueólogos involucrados.
Cabe mencionar que hoy día la comunidad científica todavía desconoce la causa exacta de la extinción de los mastodontes, pero varias hipótesis apuntan a que se debió a una combinación entre la actividad humana y el cambio climático, aunada a una posible pandemia de tuberculosis.