Actualmente, el océano sigue siendo un territorio apenas explorado. Prueba de ello es que aunque cubre el 71% de nuestro planeta, sólo conocemos alrededor del 10% de la vida marina, dejando entre 1 y 2 millones de especies aún sin descubrir.
Bajo esa premisa, la Nippon Foundation-Nekton Ocean Census lideró una expedición sin precedentes, cuyos resultados arrojaron el hallazgo de 866 nuevos especímenes, marcando así un hito que podría reescribir lo que sabemos sobre la biodiversidad marina.
Para lograr tal hazaña, la organización movilizó a 800 centíficos de más de 400 instituciones para crear una red de colaboración sin fronteras.
A través de 10 expediciones submarinas y 8 talleres de descubrimiento, se pudieron identificar tiburones, corales, esponjas, crustáceos y moluscos nunca antes vistos, esto en una amplitud de hábitats que abarcan desde arrecifes tropicales hasta las frías y oscuras profundidades del océano.
Entre las especies descubiertas destaca el Turridrupa magnifica, un caracol marino oriundo de las aguas de Nueva Caledonia y Vanuato, el cual resulta capaz de producir un veneno con compuestos bioactivos que podrían revolucionar los tratamientos para el dolor crónico e incluso el cáncer.
Otro caso interesante es el del tiburón guitarra, registrado a 200 metros de profundidad entre Mozambique y Tanzania, que si bien representa apenas la especie número 38 de su familia, ya afronta un riesgo crítico de extinción, pues dos tercios de sus parientes están bajo amenaza.