En la ciencia, la imaginación implica la visión ficticia de modelos o mapas. Hasta hace poco, se tenía la creencia de que sólo nosotros los seres humanos teníamos la capacidad de echar a volar nuestra imaginación; sin embargo, una serie de experimentos acaban de demostrar lo contrario.
Y es que un grupo de investigadores del Howard Hughes Medical Institute, en Estados Unidos, descubrió que las ratas pueden viajar por ciertos espacios, previamente explorados, sólo utilizando sus pensamientos.
Para muchos, lo anterior sería una señal de que estos roedores tienen memoria; no obstante, los científicos fueron un nivel más allá y sugieren que los mismos cuentan con algún nivel de imaginación.
“Este es un elemento fundamental de un tipo específico de imaginación, que nos permite proyectarnos, hacia el pasado o el futuro, dentro de un escenario determinado”, explicó el líder del proyecto, Chongxi Lai.
Los experimentos, descritos en la revista Science, consistieron en que a algunos ejemplares se les colocaron quirurgicamente electrodos en el cerebro, para después motivarlos a correr en una cinta dentro de una arena de realidad virtual inmersiva de 360 grados. Una vez ahí, se les indicó una meta a la cual debían llegar corriendo.
A medida que avanzaban, los ratas lograban actualizar la pantalla de realidad virtual, como si de verdad estuvieran observando el entorno real.
Durante la segunda fase de la prueba, estos animales ya no podían correr en la cinta, pues únicamente se les permitía desplazarse por el entorno virtual haciendo uso de su actividad cerebral.
Por último, en la tercera fase, ya no eran los roedores los que harían el recorrido, sino que tenían que dirigir un objeto hacia una meta empleando exclusivamente su actividad cerebral. Y para sorpresa de propios y extraños, completaron la tarea.
“Gran parte de la actividad cerebral de las ratas fue registrada en la región del hipocampo, donde se representan en mapas mentales espacios previamente explorados. Ya que en los seres humanos, la activación de la imaginación y los recuerdos se registran en dicha zona cerebral, no hay por qué pensar lo contrario en las ratas”, señaló Lai.