Este jueves 4 de enero, Alaska registró el primer caso mundial de un oso polar muerto a causa de gripe aviar, un virus que está comenzando a propagarse entre las poblaciones de animales en todo el planeta.
De acuerdo con la División de Salud Ambiental de Alaska, el cuerpo del ejemplar sin vida fue localizado cerca de la ciudad de Utqiagvik. Tras analizar algunas muestras de tejido, los científicos confirmaron la presencia de la cepa EA H5N1, que hizo su primera aparición en osos polares en septiembre pasado.
Respecto al contagio, el veterinario Bob Gerlach explicó que, normalmente, estos mamíferos comen focas cazadas en el mar; sin embargo, resulta probable que el individuo muerto haya ingerido restos de aves.
“Si un ave muere por gripe aviar y sus restos permanecen expuestos en un ambiente frío, el virus es capaz de mantenerse durante un buen tiempo”, señaló el especialista.