El conejo de Pascua y los gatos negros de Halloween han pasado de ser personajes relacionados con cada festividad a convertirse en los principales iconos de las mismas. Resulta fácil asociarse con ellos, pues es casi seguro que en algún momento de nuestras vidas hayamos interactuado con un ejemplar de dichas especies.
No obstante, algo distinto ocurre con los renos de Navidad, toda vez que su distribución silvestre es bastante reducida a comparación de los otros dos iconos festivos antes mencionados.
Si crees haber visto uno, a continuación te compartimos algunas formas de identificar a un reno auténtico, según la ciencia.
Familias, géneros y especies
En primera instancia, debemos conocer las tres categorías más específicas para describir a una especie. De esta manera, podremos distinguir, con respaldo científico, a los “renos verdaderos” de otras ornamentas comunes.
Al formar parte de la familia Cervidae, los renos y otros angulados similares son llamados cérvidos. Esta clasificación la comparten con alces, venados, pudúes y caribúes, entre otros.
La diferencia crucial, a nivel taxonómico, es el género y la especie. De hecho, las diferencias genéticas entre cada cérvido resultan tan grandes que no podrían reproducirse entre sí.
En el caso específico de los renos, son identificados con el nombre de especie tarandus y son el único mimebro vivo del género Rangifer. De esta manera, su nombre científico combina los dos componentes: Rangifer tarandus.
Evolución
Para la comunidad científica, el Rangifer tarandus es un caso notorio de evolución convergente, pues presenta varios de los rasgos característicos de otras especies con las que pueden ser confundidos. Aquí algunos ejemplos:
- Su tamaño es muy similar al del venado de cola blanca. No son muy grandes, rondando los 100 kilogramos de peso y el metro de altura a nivel lomo.
- A grandes rasgos, presentan la misma distribución que los alces: bosques boreales de Norteamérica y Eurasia.
- Al igual que los ciervos canadienses, desarrollaron una melena para protegerse contra el frío.
- Hembras y machos desarrollan astas por igual. Su forma más característica es el método más sencillo de reconocerlos, pues no se presenta en ningún otro cérvido: se extienden un poco hacia adelante, pero de forma prominente hacia atrás, curvándose hacia arriba y alcanzando gran altura.