Es probable que sea el ave más rara y gótica que existe, y es acertado llamarla el loro de Drácula.
Formalmente llamado loro de Pesquet o Psittrichas fulgidus, este ave de aspecto siniestro es el único miembro de su género, y su género es el único miembro de su subfamilia.
También conocido como el loro aguileño o el loro vulturino, se encuentra únicamente dentro de las selvas y montañas más bajas de Nueva Guinea.
Vive una vida nómada, alimentándose de una dieta altamente especializada.
Su brillante plumaje escarlata contrasta perfectamente con su pecho, espalda y cola de color gris polvoriento.
Estas llamativas plumas lo han convertido en blanco de cazadores furtivos locales, lo que, junto con la creciente pérdida de hábitat, lo han llevado a formar parte, como especie vulnerable, de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Aunque puede que no tenga la sed de sangre que su nombre indica, pues esta ave se alimenta casi exclusivamente de higos, lo que los investigadores sospechan es la razón por la cual terminó con su extraña cabeza semi calva.
Al igual que los buitres perdieron las plumas en la cabeza como una adaptación para alimentarse de cadáveres, se cree que el loro de Drácula hizo lo mismo en respuesta a su dieta de frutas pegajosas.
La falta de plumas alrededor de su pico y ojos significa que es capaz de evitar convertir su cara en un desastre pegajoso.
Además, se alimenta de una una especie de higos difíciles de encontrar, cuya rareza pone en peligro su supervivencia. Sin embargo, también se sabe que se alimenta con el néctar de ciertas flores.