Como si se tratara de una película de ciencia ficción, los caracoles gigantes africanos (Achatina fulica) que llegaron hace unos días a Florida, Estados Unidos, rápidamente se convirtieron en una preocupación para las autoridades de salud pública.
Y es que estos animales del tamaño de una rata de alcantarilla han estado apareciendo por todos lados: desde jardines y llantas de automóviles hasta el desagüe. Aunado a ello, según medios locales, fueron los responsables de devorar más de 500 especies de plantas.
Por estos motivos, el Departamento de Agricultura de Florida ya está tomando cartas en el asunto, pues los caracoles gigantes africanos son potencialmente peligrosos para la agricultura, las áreas naturales del estado e incluso, la salud humana.
“Al ser portadores del gusano pulmonar de la rata, estos caracoles pueden causar meningitis en las personas”, advirtió la institución en un comunicado.
Los caracoles gigantes africanos se caracterizan por reproducirse muy rápido; y cuando alcanzan la edad adulta, pueden llegar a medir hasta 20 centímetros de largo, si la comida y el calor lo permiten.
Desafortunadamente, Florida se ha convertido en el lugar ideal para esta especie, pues el estado cuenta con ambos factores, por lo que resultará bastante complicado que la invasión termine en un futuro cercano.
Como medida de contención, el estado ha mantenido aislados a los caracoles capturados en el condado de Miami-Dade, con el objetivo de evitar que éstos lleguen a los cultivos y se transformen en una amenaza para la seguridad alimentaria.
En cuanto a su origen, los especialistas aún no saben con precisión cómo fue que la especie arribó al país; pero lo más probable es que varios ejemplares se escabulleron en el equipaje de algún viajero procedente de un destino tropical.