A pesar de que el número de especies de mariposas que se adaptaron a migrar, alrededor de 600, es relativamente bajo, éstas tienen una mayor diversidad genética, reveló este viernes un estudio elaborado por investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Para llegar a esta conclusión, la investigación, publicada en la revista Molecular Ecology, analizó el genoma de 97 especies de estos lepidópteros.
Los resultados mostraron que aquellos ejemplares que migran estacionalmente son genéticamente más ricos, una situación por demás beneficiosa, pues les ofrece la ventaja evolutiva de una mayor adaptación ante cambios ambientales bruscos.
“Esta diversidad genética es producto del movimiento. Una migración constante en el tiempo facilita el flujo genético entre individuos distribuidos en territorios muy amplios. Esto sólo puede ocurrir en especies con números poblacionales muy altos, de forma que siempre existan individuos que se puedan encontrar durante sus migraciones para reproducirse”, explica Aurora García Berro, autora principal del estudio.
“Nuestro estudio representa un avance importante en el conocimiento de las dinámicas poblacionales y de movimiento de los insectos. Lo anterior fue posible gracias a la cantidad de nuevos datos geonómicos de especies de mariposas que se han estado generando en los últimos años”, finalizó.