La inigualable precisión de los zorros (Vulpes vulpes) al momento de cazar a sus presas no sólo se limita a una cuestión de instinto. Por el contrario, es resultado de una sincronización perfecta entre estos animales y el campo magnético de la Tierra.
Como si se tratara de una “brújula” integrada en el cerebro, los zorros siguen el campo magnético terrestre para encontrar a sus presas. Y es que no sólo les ayuda a saber en dónde están, sino que les otorga la capacidad de medir distancias con mayor exactitud que otros animales y así escoger la dirección adecuada de ataque.
Esta característica fue recientemente revelada por un equipo de científicos alemanes de la Universidad de Duisburg-Essen, producto de las observaciones del Dr. Hynek Buda, zoólogo de la institución, quien hace algunos meses se dio cuenta de que varios ejemplares de este mamífero en la República Checa solían atacar a sus víctimas en dirección noreste.
Al percatarse de que no se trataba de una simple casualidad, Buda decidió investigar esta situación a profundidad. Tras varios análisis, resultó ser que los zorros saltaban para atacar en dicha dirección un 72% de las veces.
“Estoy casi seguro de que se trata de un sistema de orientación magnética, el cual podría estar mediado por un mecanismo de brújula basado en magnetita, similar al que utilizan las ratas topo subterráneas”, señala el experto.
Según el artículo, lo anterior se traduce como una especie de “GPS” natural instalado en la cabeza de los zorros para detectar el campo magnético de la Tierra, que podría explicar el por qué estos animales son excelentes cazadores para los animales que depredan.