Los tecolotes “forman parte de nuestro patrimonio natural y si a eso le sumamos que están ligados con creencias, aspectos de medicina tradicional e incluso aspectos artesanales” constituyen una herencia cultural que debe preservarse, explicó la ornitóloga Lourdes Navarijo.
En ese sentido, la técnico académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opinó que los biólogos tienen que saber apreciar los aspectos científicos, pero también la función de las especies en las cosmovisiones de los pueblos.
El carácter nocturno del tecolote, con una vista privilegiada en la oscuridad, hace que se le relacionara con los señores de la muerte.
Estas aves, según el experto, “tienen una cantidad de células especiales llamadas bastoncillos” que hacen que su vista sea sumamente precisa de noche.
A altas horas de la noche se les puede oír ulular, sonido fantasmagórico que en algunas creencias se asocia a la carcajada malévola o incluso a lamentos o gritos.
Más allá de la mística del ave, estas sufren “por la pérdida de hábitat debido al uso indiscriminado de pesticidas o sustancias”.
Por todo ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reiteró recientemente a través de su cuenta de Twitter la necesidad de que esta especie se conserve, ya que supone también preservar las más antiguas tradiciones y creencias.