Pocos felinos se adaptan a las condiciones climáticas de los bosques tropicales y tierras bajas de Malasia. El gato de cabeza plana rompe con el estereotipo de que a los felinos no les gusta el agua. destaca entre otros depredadores por ser un pescador excelente, es considerado como el felino más extraño de todo Asia.
Un felino semiacuático
Realmente pocos científicos le han dedicado esfuerzos al estudio de esta especie. Entre los demás gatos asiáticos —como el manul o el gato del desierto–, los gatos de cabeza plana destacan por su capacidad única para pescar.
Además, comparten una característica —pocas veces vista entre los felinos— con el guepardo: sus garras siempre están expuestas, aunque sea de manera parcial, ya que no son completamente retráctiles. Esto les permite atrapar con facilidad a sus presas debajo del agua. Así como los patos, sus dedos están palmeados, y cuentan con almohadillas largas.
El gato de cabeza plana (Prionailurus planiceps), tiene el tamaño de uno doméstico: apenas medio metro, con dorso alargado, pelaje cobrizo y un par de ojos amarillentos, característicos de esta especie. La taxonomía de sus patas está relacionada a que es un animal semiacuático.
De la misma manera, tiene colmillos puntiagudos, que le ayudan a asegurar presas resbaladizas, como peces.
Como es un nadador nato, al gato de cabeza plana se le encuentra comúnmente a lo largo de ríos, arroyos y en áreas periféricas a cuerpos de agua importantes. En Malasia, por ejemplo, gustan de descansar entre las ramas de palma aceitera. En Sumatra, han sido avistados en bosques secundarios de tierras bajas.
Quienes han tenido la suerte de encontrárselo en cautiverio, saben que su pelaje es grueso y varía en tonalidades de marrón rojizo, exceptuando el hocico y el cuello, que generalmente son blancos.
No se conoce con exactitud cuántos ejemplares quedan en libertad. Sin embargo, las plantaciones de palma aceitera están terminando con los bosques húmedos en el sudeste del continente, donde esta especie encuentra su hábitat natural.