Su nombre científico es Turritopsis dohrnii, una especie de medusa que suele habitar en algunas zonas del Mediterráneo y el mar de Japón.
Entre sus características destaca su tamaño de unos cuantos milímetros y la falta de corazón y cerebro. Sin embargo, nada de lo anterior es lo más sorprendente acerca de este misterioso ser.
Y es que lo que realmente llama la atención es su habilidad para rejuvenecer, a tal grado de que en ocasiones es capaz de detener su propia muerte. Por este motivo, la comunidad científica les otorgó el apodo de “medusas inmortales”.
En los últimos días, estos animales acapararon la mirada de miles de personas luego de que científicos de la Universidad de Oviedo, en España, lograran descifrar el genoma que le permite a la Turritopsis dohrnii ir “en contra” del ciclo de la vida: nacer, desarrollarse e irremediablemente morir.
Publicado en la revista científica Proceedings, el estudio liderado por el profesor Carlos López-Otín revela los secretos genéticos de este animal marino.
Luego de viajar al sur de Italia en busca de unos cuantos ejemplares, para después trasladarlos a un acuario de condiciones especiales en Gijón, todo estaba listo para descrifrar el genoma de las “medusas inmortales”.
Primero, el equipo de especialistas comparó el genoma de la especie con el de una hermana: la medusa T. rubra; sin embargo, no se hallaron diferencias marcadas.
Después, descubrieron que cuando su ambiente le genera un gran estrés, la Turritopsis dohrnii decide dar marcha a ese mecanismo de rejuvenecimiento.
Según los autores, lo anterior se debe a que los genes presentes en la “medusa inmortal” están asociados con diversos factores, como la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo.
De igual manera, el trabajo permitió descubrir señales de silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta “Polycomb” y el aumento de la expresión de genes relacionados con la vía de pluripotencia celular. Todo ello afecta a procesos que en seres humanos se han asociado con la longevidad y el envejecimiento saludable.