En marzo pasado, la noticia sobre el asesinato de la única jirafa blanca de Kenia y su cría a manos de cazadores furtivos, provocó una enorme indignación en el mundo. Para sorpresa de todos, resulta que la mencionada jirafa no era el último ejemplar que habitaba el planeta, ya que en días pasados, una jirafa blanca fue fotografiada a las afueras de Ishaqbini Hirola Conservancy, provincia de Ijara, en el mismo país.
La jirafa blanca es un animal que carece de los colores propios de su especie debido a una condición genética conocida como leucismo, haciendo que la pigmentación de las células de la piel sea menor.
A diferencia del albinismo, que sólo es la ausencia de melanina, el leucismo causa una reducción en múltiples tipos de pigmentos, provocando que la jirafa sea de color blanco. Otra diferencia es que los animales con leucismo suelen tener ojos oscuros, mientras que los ojos de los animales albinos son de color rosado.
Las jirafas de color blanco puro fueron vistas por primera vez en el año 2016; sin embargo, no fue sino hasta 2018 cuando fueron filmadas por primera ocasión.