Hace más de 50 millones de años, en los océanos de lo que hoy conocemos como Nueva Zelanda, habitó una especie de pingüino gigante, la cual pesaba nada más y nada menos que 150 kilogramos.
La comunidad científica no tenía conocimiento de este animal, pero en días recientes un grupo de investigadores desenterró sus fósiles.
De acuerdo con el reporte oficial, los restos del enorme ejemplar, denominado Kumimanu fordycei, se descubrieron junto a otros ocho pingüinos en los alrededores de la playa de North Otago, ubicada al sur del país oceánico.
Para sorpresa del equipo, 5 de los fósiles también pertenecían a una especie nunca antes vista, el Petradyptes stonehousei; uno más se trataba del Kumimanu biceae, pingüino gigante ya registrado; y los dos últimos restantes permanecen sin ser reconocidos.
Cabe mencionar que antes de este hallazgo, el espécimen más grande del que se tenía conocimiento era Palaeeudyptes klekowskii, que vivió hace unos 37 millones de años en la Antártida. Sus medidas eran impresionantes: pesaba 116 kilogramos y medía casi 2 metros.
No obstante, para Daniel Ksepka, paleontólogo y autor principal del estudio, ningún ejemplar se compara al recién encontrado.
“Según nuestros análisis, Kumimanu fordycei es el pingüino más grande de todos los tiempos”, indicó el experto.
“Los restos demuestran que las ventajas del gran tamaño, como una termorregulación y buceo más eficientes, probablemente ejercieron una presión selectiva muy fuerte sobre la especie poco después de que perdieron la capacidad de volar”, explicó.
En la actualidad, se cree que los pingüinos gigantes desaparecieron aproximadamente hace 27 millones de años, pero la causa de su extinción continúa siendo un misterio.