Los peces ciegos de las cuevas y la diabetes
La solución para la diabetes —si es que hay alguna— podría buscarse en el pez ciego de las cuevas mexicano.
Este pececillo, que se atiborra de algas, es capaz de darse un atracón sin sufrir daño alguno, pues está adaptado de forma asombrosa para sobrevivir sin regular el azúcar en su sangre. Esto significa que los síntomas que se observan normalmente en las personas diabéticas que sufren variaciones extremas de los niveles de glucosa en sangre no suponen, al parecer, ningún problema para estos peces.
Los chimpancés y las enfermedades cardiovasculares
A medida que los seres humanos hemos evolucionado, nuestra constitución genética se ha ido modificando y nos ha expuesto a un mayor riesgo de sufrir obstrucción arterial. Si a este factor se suma el hecho de que hemos aumentado nuestra ingesta de carne roja y de otros alimentos que acrecientan nuestras probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular; por lo que estamos acumulando, sin duda, todos los elementos para que estalle una irreversible tormenta.
Un estudio reciente revela que fue la pérdida de un gen específico lo que hizo que el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares fuera mayor en los seres humanos que en otros animales, entre ellos nuestro pariente más cercano, el chimpancé.
Las cebras y las úlceras
Normalmente, los animales –por ejemplo, la cebra– padecen estrés durante períodos más cortos, como cuando buscan comida o huyen de los depredadores. Pero no suelen experimentar períodos de estrés crónicos más duraderos. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que exponer a animales como las ratas a períodos de estrés prolongados y persistentes puede inducir úlceras similares a las que se observan en los seres humanos. Esto sirve para recordarnos que nuestros estilos de vida modernos, caracterizados por un estrés constante, son nocivos para todos los aspectos de nuestra salud.
Las ratas topo desnudas y el cáncer
Puede que la rata topo desnuda no sea un deleite para la vista, pero este roedor despierta un gran interés en la comunidad científica porque posee la cualidad de no enfermarse de cáncer. Además, estas ratas podrían enseñarnos algunas cosas sobre la longevidad. Por su tamaño, deberían tener un tiempo de vida similar al de su pariente el lirón (unos cuatro años); sin embargo, es frecuente que vivan siete veces más.