La alarma es seria. Actualmente, las águilas harpías tienen una probabilidad cercana a cero de sobrevivir a la deforestación abrasiva del Amazonas.
De acuerdo con un reciente estudio, la especie, junto con otras aves, no sólo están siendo despojadas de su hábitat natural, sino de los recursos para alimentarse, los cuales se han vuelto casi nulos. Tristemente, en los últimos 50 años, el 17% de la selva más grande del mundo ha sido devastada; en consecuencia, la pérdida de la biodiversidad endémica de este lugar va en aumento.
Siendo la especie de águila de mayor tamaño de todo el continente americano, las águilas harpías dependen de comer monos y perezosos para sobrevivir. Como sus depredadores naturales, si éstas no encuentran primates pequeños en las copas de los árboles, no pueden comer. En otras palabras, la deforestación está impactando severamente el estilo de vida no sólo de las aves, sino de sus presas en la selva.
Carlos Peres, uno de los autores de la investigación, añade otro elemento fundamental a esta situación: las águilas harpías tienen el ciclo de vida más lento de todas las especies de aves. “Considerando que más del 90% de su población existente vive ahí, la conservación del bosque húmedo garantiza la persistencia de los ejemplares, que de otra manera, no podría adaptarse a otro ecosistema”, señala.
Aunado a ello, tanto la destrucción forestal en América Latina como la caza ilícita están obstaculizando la reproducción saludable de la especie en toda la extensión del Amazones, esto a pesar de que la especie se encuentra protegida por la ley en varios países; entre ellos destacan Brasil, Panamá y Surinam.
Lo grave de esta pérdida es que las águilas harpías se ubican en la cúspide de la cadena alimenticia amazónica. Su creciente desaparición revela, a su vez, el estrés bajo el cual sus presas naturales se encuentran. Cada vez más débiles y menos nutridas, estas aves luchan día con día por sobrevivir a pesar de la hambruna casi absoluta.