De acuerdo al Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, su nombre proviene de la palabra náhuatl pitztli, que significa hueso o semilla. La forma de encontrarlo es igual de fácil que partir la fruta a la mitad, ocupar la carne para hacer un licuado o un postre, y dejar el hueso listo para utilizarse.
La pulpa del mamey es bastante suave, convirtiéndolo en un alimento fácil de digerir; se compone de fructosa y sacarosa, ayudando a la reposición de energía, así como a aquellos que quieren recuperar peso.
Esta fruta proviene de la familia del zapote, y aunque creas que sólo puede prepararse en licuados, el mamey es capaz de convertirse en deliciosos postres y bebidas ideales para toda la familia.